Paseo por el Panteón de San Fernando desde la mirada etérea de un fantasma. De los mausoleos, cenotafios y nichos se escapan los susurros de los muertos. Al plano secuencia que compone todo el cortometraje, lo acompaña la voz de nuestro Virgilio o Palinuro o da igual, quien reflexiona sobre la historia del camposanto, sobre el padecer de quienes ahí duermen y la tierra que los acoge. Escuchamos también el rumor de aquellos tiempos lejanos, como una sugerencia o una provocación: el estruendo de las balas y el silencioso fluir de la sangre, las traiciones políticas y las conquistas económicas, las caricias de los amantes y los lamentos de los locos. Una visión del territorio y de la arquitectura como vehículos de la memoria, como testimonio material de los vivos de ayer, que son al mismo tiempo espejo de nuestro propio destino.