Animación por medio de movimientos de cámara, filmando con baja velocidad de obturación, fuentes de luz de uso habitual en el taller del autor. El final de la película desvela un curioso secreto de rodaje. En conjunto, vuelve a ser un trabajo de integración de imágenes y sonidos, afinando texturas, sincronía, armonía de colores y cadencias, algo que puede ser interpretado como una especie de masaje audiovisual dentro de la experimentación en busca de la belleza y la sinestesia que supone el proyecto Videolightwork.