Ganó el premio L'Oreal de Cibeles con una colección que mezclaba su estilo, siempre único y peculiar, con algo de los 80, bebida de Jacskon y se inspiraba en un guacamayo que tuvo tiempo atrás.
Y con trofeo bajo el brazo, volvía a Barcelona, se encerraba en su taller, empezando a mirar tejidos y buscando, en todos los rincones, en cualquier esquina y época, inspiraciones para seguir creando, colaborando con otras marcas y dedicéndose a esta pasión que le guia desde siempre. Decidimos llamarle, ver si nos enseñaba su taller y nos explicaba en que anda liado, hacia donde mira y donde le gustaría llegar.
Y así fue: charlamos con Jose Castro ¿entras a su taller?