Con la mano en el pecho de la emoción al músico le faltaban las palabras después de ver al público en pie móvil en mano siguiendo el movimiento de sus brazos. Éxito tras éxito, la noche iba concluyendo y durante más de dos horas de espectáculo el público no paró de aplaudir y cantar las canciones del malagueño. Después de varios intentos de despedida el concierto terminó de la forma más animada y despierta posible con “Vívela” a pesar de que el artista asegura que después de esa noche “no iba a poder dormir en meses”.