El castigo tenderá, pues, a convertirse en la parte más oculta del proceso penal. Lo cual lleva consigo varias consecuencias: la de que abandona el dominio de la percepción casi cotidiana, para entrar en el de la conciencia abstracta…
Michel Foucault, “El cuerpo de los condenados”, Vigilar y castigar.
Félix Fernández crea en la nave de Intermediae un pasillo de luz como metáfora de tránsito interrumpido, situación límite donde el cuerpo del performer ha quedado encerrado; donde deambula y es atravesado por fragmentos de memoria encapsulados en pantallas que devienen las únicas ventanas dentro de ese espacio simbólico en el que el individuo se encuentra prisionero. Imágenes y sonidos alegóricos a un tiempo de vida que se desvanece entre el recuerdo y la espera, la autocensura y la ilusión.
Félix Fernández construye una textura sensorial para que el espectador, el “testigo”, pueda experimentar empatía con ese sujeto que hace inventario de sus afectos y acciones en un conteo regresivo. Coreográficamente el artista se mueve dentro de ese corredor de luz, repitiendo posturas, experimentando una gestualidad en la que descubrimos que sólo el cuerpo opera como frontera definitiva. La presencia física del performer es intervenida por un sonido reiterativo que marca el ritmo de sus gestos y la sucesión de imágenes y escenas que cuatro canales de vídeo emiten en loop. En esos intervalos regulados por el sonido de un golpe seco -que encierra y sentencia, corta y censura-, se construyen representaciones de una subjetividad que evade las tecnologías de vigilancia y castigo y se sobreimpone a la suspensión de sus derechos, para encontrar formas de seguir “estando”, “existiendo”, “viviendo”…
Fechas: Del 12 al 16 de junio
Performance: 13 de junio, 20:30 h
Lugar: Intermediae, Matadero Madrid
Una colaboración con Ensemble contre la peine de mort (ECPM) como parte del programa del 5º Congreso mundial contra la pena de muerte
Créditos
Idea y diseño: Félix Fernández
Comisariado: Suset Sánchez
Coordinación: Paqui Blanco y Tommaso Marzocchini
Cámaras: Luis Guevara y Tommaso Marzocchini
Montaje: Sammy Delgado
Una producción con el apoyo de Ensemble contre la peine de mort
Agradecimientos:
Pepa Octavio y Gema Melgar (Matadero), Murielle Vauthier y Amina Jacquemin